lunes, 26 de septiembre de 2011

KRISHNAMURTI Y LA MEDITACIÓN



Si durante el día está usted alerta, si está atento a todo el movimiento del pensar, a lo que usted dice, a sus gestos -cómo se sienta, cómo camina, cómo habla- si están atentas a sus respuestas, entonces todas las cosas ocultas salen a la luz muy fácilmente. En ese estado de atención lúcida, despierta, todo es puesto al descubierto.

La mayoría de nosotros está inatenta. Darse cuenta de esa inatención, es atención.

La meditación no es una fragmentación de la vida; no consiste en retirarse a un monasterio o encerrarse en una habitación sentándose quietamente por diez minutos o una hora en un intento de concentrarse para aprender a meditar, mientras que por el resto del tiempo uno continúa siendo un feísimo, desagradable ser humano.

Para percibir la verdad, uno debe poseer una mente muy aguda, clara y precisa —no una mente astuta, torturada, sino una mente capaz de mirar sin distorsión alguna, una mente inocente y vulnerable. Tampoco puede percibir la verdad una mente llena de conocimientos; sólo puede hacerlo una mente que posee completa capacidad de aprender. Y también es necesario que la mente y el cuerpo sean altamente sensibles —con un cuerpo torpe, pesado, cargado de vino y comida, no se puede tratar de meditar. Por lo tanto, la mente debe estar muy despierta, sensible e inteligente.

Las necesidades básicas para descubrir aquello que está más allá de la medida del pensamiento, para descubrir algo que el pensamiento no ha producido son tres: 1) se debe producir un estado de altísima sensibilidad e inteligencia en la mente; 2) ésta debe ser capaz de percibir con lógica y orden; 3) finalmente, la mente debe estar disciplinada en alto grado.

Una mente que ve las cosas con total claridad, sin distorsión alguna, sin prejuicios personales, ha comprendido el desorden y está libre de él; una mente así es virtuosa, ordenada. Sólo una mente muy ordenada puede ser sensible, inteligente.

Es preciso estar atento al desorden que hay dentro de uno mismo, atento a las contradicciones, a las luchas dualísticas, a los deseos opuestos, atento a las actividades ideológicas y a su irrealidad. Uno ha de observar "lo que es" sin condenar, sin juzgar, sin evaluar en absoluto.

La mayor parte del tiempo está uno inatento. Si usted sabe que está inatento, y presta atención en el momento de advertir la inatención, entonces ya está atento.

La percepción alerta, la comprensión, es un estado de la mente de completo silencio, silencio en el cual no existe opinión, juicio ni evaluación alguna. Es realmente un escuchar desde el silencio. Y es sólo entonces que comprendemos algo en lo cual no está en absoluto envuelto el pensamiento. Esa atención, ese silencio, es un estado de meditación.

Comprender el ahora es un inmenso problema de la meditación —ello es meditación. Comprender el pasado totalmente, ver dónde radica su importancia, ver la naturaleza del tiempo, todo eso forma parte de la meditación.

En la meditación existe una gran belleza. Es una cosa extraordinaria. La meditación, no "cómo meditar".

La meditación es la comprensión de uno mismo y, por lo tanto, significa echar los cimientos del orden —que es virtud— en el cual existe esa cualidad de disciplina que no es represión ni imitación ni control. Una mente así, se halla, entonces, en un estado de meditación.

Meditar implica ver muy claramente, y no es posible ver claramente ni estar por completo involucrado en lo que uno ve, cuando hay un espacio entre el observador y la cosa observada. Cuando no hay pensamiento, cuando no hay información sobre el objeto, cuando no hay agrado ni desagrado sino tan sólo atención completa, entonces el espacio desaparece y, por lo tanto, está uno en relación completa con esa flor, con ese pájaro que vuela, con la nube o con ese rostro.

Es sólo la mente inatenta que ha conocido lo que es estar atenta, la que dice: "¿Puedo estar atenta todo el tiempo?" A lo que uno debe estar atento, pues, es a la inatención. Estar alerta a la inatención, no a cómo mantener la atención. Cuando la mente se da cuenta de la inatención, ya está atenta —no hay que hacer nada más.

La meditación es algo que requiere una formidable base de rectitud, virtud y orden. No se trata de algún estado místico o visionario inducido por el pensamiento, sino de algo que adviene natural y fácilmente cuando uno ha establecido las bases de una recta conducta. Sin tales bases, la meditación se vuelve meramente un escape, una fantasía. De modo que uno ha de asentar esas bases; en realidad, esta misma manera de asentar las bases, es la meditación.

Los meditadores profesionales nos dicen que es necesario ejercer el control. Cuando prestamos atención a la mente, vemos que el pensamiento vaga sin rumbo, por lo que tiramos de él hacia atrás tratando de sujetarlo; entonces el pensamiento vuelve a descarriarse y nosotros volvemos a sujetarlo, Y de ese modo el juego continúa interminablemente. Y si podemos llegar a controlar la mente de manera tan completa que ya no divague en absoluto, entonces —se dice— habremos alcanzado el más extraordinario de los estados. Pero en realidad, es todo lo contrario: no habremos alcanzado absolutamente nada. El control implica resistencia. La concentración es una forma de resistencia que consiste en reducir el pensamiento a un punto en particular. Y cuando la mente se adiestra para concentrarse por completo en una sola cosa, pierde su elasticidad, su sensibilidad, y se vuelve incapaz de captar el campo total de la vida.

El principio de la meditación es el conocimiento de uno mismo, y esto significa darse cuenta de todo movimiento del pensar y del sentir, conocer todas las capas de la conciencia, no sólo las superficiales sino las ocultas, las actividades profundas. Para ello, la mente consciente debe estar serena, calma, a fin de recibir la proyección del inconsciente. La mente superficial sólo puede lograr tranquilidad, paz y serenidad, comprendiendo sus propias actividades, observándolas, dándose cuenta de ellas; cuando la mente se da plena cuenta de todas sus actividades, mediante esa comprensión se queda en silencio espontáneamente; entonces el inconsciente puede proyectarse y aflorar. Cuando la totalidad de la conciencia se ha liberado, sólo entonces está en condiciones de recibir lo eterno.

Entre dos pensamientos hay un periodo de silencio que no está relacionado con el proceso del pensamiento. Si observas, verás que ese período de silencio, ese intervalo, no es de tiempo, y el descubrimiento de ese intervalo, la total experimentación del mismo, te libera del condicionamiento.

La meditación no es un medio para algo. Descubrir en todos los momentos de la vida cotidiana qué es verdadero y qué es falso, es meditación. La meditación no es algo por cuyo medio escapáis. Algo en lo que conseguís visiones y toda clase de grandes emociones. Mas el vigilar todos los momentos del día, ver cómo opera vuestro pensamiento, ver funcionar el mecanismo de la defensa, ver los temores, las ambiciones, las codicias y envidias, vigilar todo esto, indagarlo todo el tiempo, eso es meditación, o parte de la meditación. No tenéis que acudir a nadie para que os diga qué es meditación o para que os dé un método. Lo puedo descubrir muy sencillamente vigilándome. No me lo tiene que decir otro; lo sé. Queremos llegar muy lejos sin dar el primer paso. Y hallaréis que si dais el primer paso, ese es el último. No hay otro paso.




Krishnamurti

domingo, 25 de septiembre de 2011

5 LECCIONES DE ESTRATEGIA EMPRESARIAL

5 LECCIONES DE ESTRATEGIA EMPRESARIAL

Caso 1: EL USO DE LA INFORMACION

Un hombre se va a dar una ducha en el momento que su
esposa está terminando de hacerlo. En ese preciso instante
suena el timbre de la puerta. Después de algunos segundos
de duda, ambos deciden que ella irá, por lo cual, se
envuelve en una toalla, va, abre la puerta y se encuentra
con el vecino de al lado de casa. Antes de que ella
pronuncie una palabra el vecino le dice:
- Le doy 1000 dólares si deja caer la toalla en el suelo.
Ella piensa unos segundos, se decide, deja caer la toalla y se
queda en cueros frente al vecino que, después de unos segundos,
mete la mano en el bolsillo, saca 1000 dólares, se los entrega,
da media vuelta y se va...
Aún confundida, cierra la puerta rápidamente, se envuelve
otra vez en la toalla y vuelve al baño a secarse el pelo. Cuando
llega,su marido le pregunta quién había tocado el timbre.
- El vecino de al lado -, dice ella y el marido le pregunta:
- ¿Te devolvió los 1000 dólares que le presté?

LECCIÓN: Si usted comparte información crítica con sus asociados,
principalmente sobre créditos y riesgos, evitará situaciones
indeseables.

Caso 2: ESTAR BIEN INFORMADO

Un cura va conduciendo cuando ve una monja parada a un lado
de la carretera esperando el autobús. El cura se detiene y
le ofrece llevarla hasta el pueblo más próximo. La monja
acepta y pone el equipaje en el asiento trasero. Al sentarse,
su hábito se abre un poco y deja ver una hermosa pierna.
Cuando el cura lo advierte casi ocurre un accidente, consigue
controlar el coche aunque no resiste la tentación y pone la
mano en la pierna de ella. La monja mira al cura y le dice:
Padre, recuerde el Salmo 129. El cura retira rápidamente su
mano y pide disculpas, pero sus ojos se resisten a dejar de
mirar la pierna, por lo que, poco después, su mano salta de
la palanca del cambio esta vez la rodilla de la monja:
- Padre, recuerde el salmo 129 - reitera la monja.
El cura, contrariado, retira la mano y trata de disculparse:
- La carne es débil, hermana...
Llegan a su destino y ella mira al cura significativamente y le
agradece el favor de haberla acercado a su destino. El cura
prosigue su viaje y cuando llega a su destino corre a ver lo
que dice el salmo 129:
"Sigue adelante e inténtalo. Alcanzarás la gloria".

LECCIÓN: Esté informado al máximo sobre temas relacionados con su
trabajo o se expone a perder grandes oportunidades.

Caso 3: COMO REACCIONAR ANTE UNA SITUACION DESFAVORABLE

Un joven de la ciudad se fue al campo y le compró un burro
a un viejo campesino por 100 dólares. El anciano acordó entregarle el
animal al día siguiente, pero al día siguiente el campesino le dijo:
- Lo siento, hijo, pero tengo malas noticias. El burro murió.
- Bueno, entonces, devuélvame mi dinero.
- No puedo, lo he gastado ya.
- Bien, da igual, entrégueme el burro.
- Y ¿para qué? ¿qué va a hacer con él?
- Lo voy a rifar.
- ¡Estás loco! ¿Cómo vas a rifar un burro muerto?
- Es que no voy a decir a nadie que está muerto, por supuesto.
Un mes después de este suceso se volvieron a encontrar el viejo
vendedor y el
joven comprador.
- ¿Qué pasó con el burro?
- Lo rifé. Vendí 500 papeletas a 2 dólares y gané 998 dólares.
- ¡¡¿Y nadie se quejó?!!
- Sólo el ganador, pero a él le devolví sus 2 dólares.

LECCIÓN: Éste es un ejemplo de cómo convertir una situación
desfavorable en un éxito.

CASO 4: SOBRE LA INFORMACION CORRECTA Y VERAZ
Un reo, condenado a cadena perpetua por asesinato premeditado y
alevoso, se evade de la prisión después de pasar 22 años en
cárcel.
Al huir entra en una casa en la que duerme una joven pareja. El
reo ata

al hombre en una silla y a la mujer en la cama. A continuación acerca
su rostro al cuello de la mujer y sale de la habitación.
Arrastrando la silla, el hombre se acerca desesperadamente a su mujer y le dice:
- Mi amor, este hombre no ha visto una mujer en años. Le ví besando tu
cuello y, aprovechando que ha salido, quiero pedirte que cooperes
con él y hagas todo lo que te pida. Si quiere tener sexo contigo no lo
rechaces y finge que te gusta. No le hagas enojar. ¡Nuestras vidas
dependen de ello! Sé fuerte, mi vida; yo te amo.
La joven esposa le dice al marido: - Querido, estoy complacida de que
pienses así. efectivamente, ese hombre no ha visto en muchos años una
mujer, pero no estaba besando mi cuello. Estaba diciéndome al oído que
tú le gustas y quería saber si guardábamos la vaselina en el lavabo.
¡Sé fuerte, mi vida! ¡¡Yo también te amo!!

LECCIÓN: No estar informado verazmente puede acarrear serios
inconvenientes. La información pronta y exacta es fundamental para
sortear con éxito el ataque de la competencia leal y así evitar
ingratas sorpresas.

CASO 5: SOBRE LOS PLANES ESTRATEGICOS

Un muchacho entra en una farmacia y dice al farmacéutico:
- Señor, déme un preservativo. Mi novia me ha invitado esta
noche a cenar en su casa y está que se derrite por mí, así
que esta noche pretendo calmarla. El boticario le despacha
el preservativo y cuando el joven va a salir, vuelve sobre
sus pasos y dice:
- Será mejor que me dé usted otro preservativo porque la
hermana de mi novia, que es un bombón, me hace unos cruces
de piernas que le veo hasta las entrañas, y como voy a ir
a cenar a su casa... Toma el segundo preservativo, piensa
un momento y...:
- Déme uno más porque la madre de mi chica, que está de muerte
la señora, cuando no está mi novia delante, me hace unas
insinuaciones que... y como voy a ir a cenar a su casa esta noche...
Llega la hora de la cena y el muchacho tiene a un lado a su
novia, al otro a la hermana y enfrente la mamá de ambas.
En ese instante llega el padre, que se sienta al frente de
la mesa. El muchacho baja la cabeza y empieza a rezar:
- Señor, te damos gracias por los alimentos... bendícenos
a todos... y perdónanos si en algo te hemos ofendido... Pasa
un minuto y el chico sigue rezando:
- ¡Gracias Señor!
A los diez minutos de rezos y oraciones la novia le dice:
- No sabía que fueras tan religioso...
- ¡¡Ni yo que tu padre era el farmacéutico!!

LECCIÓN: No comente los planes estratégicos de la empresa
a desconocidos porque la falta de confidencialidad le puede
destruir su propia organización.