Los fumadores son las personas de los “peros”. En realidad la persona adicta a algo siempre se pone obstáculos para no dejar su vicio. Pero además de su falta de voluntad, también la acechan los temores…
Uno de los temores de los fumadores es engordar. En particular para aquellos que empezaron a fumar como una manera de perder el apetito y así lograr adelgazar.
Es cierto que si dejas de fumar ganas unos kilos demás, pero también ganas salud. Pero no hay por qué asustarse, ya que este aumento de peso es temporal, pues luego recuperas tu peso normal.
Veamos por qué ocurre…
Cuando fumas, la nicotina de los cigarrillos acelera tu metabolismo lo que hace que tengas menos hambre, y también menos energía. Cuando dejas de fumar, tu organismo regresa a la normalidad.
Asimismo, el tabaco altera tus sentidos del gusto y del olfato, y esto afecta el apetito. Cuando dejas de fumar, tus sentidos vuelven a apreciar mejor los alimentos.
También experimentas el síndrome de abstinencia, lo que hace aumentar tu apetito, y esto obviamente se traduce en un aumento de peso. Pero esta abstinencia es transitoria, sin embargo es importante que durante este periodo consumas muchas frutas y verduras.
Ahora que tu cuerpo está libre de tabaco, mejora tu capacidad respiratoria por lo que es bueno que te pongas a hacer deporte para que evites el hambre y quemes las calorías extra que se suelen consumir durante el síndrome de abstinencia.
Así es que ya lo sabes, no temas dejar el cigarrillo, sino al mismo cigarrillo.
